Jillian Robbins
College of Idah
Un hombre se despertó en la mañana en una cama fría. En el lugar de su esposa había una pequeña caja sin marcas. Confundido, el marido se levantó de la cama y abrió la caja. Halló muchas cartas que empezó a leer con una sensación de abatimiento…
Carta 1
Mi amor,
¡No soy una tonta!
Yo escucho a los vecinos y la gente del pueblo. Todos piensan que soy una tonta, y dicen cosas que no dirían si supieran que yo los escucho.
Dicen que soy bruja. Dicen que mis pasos son demasiados ligeros. Dicen que armonizo con las sombras, vuelo con escoba y bailo con demonios. Me tienen miedo, porque no tengo pasado en documentos, pero también, porque yo sé cosas «extrañas» aunque no tengo educación formal.
¿Sabes que esas personas se sorprendieron al saber que yo podía leer y escribir? Hablan conmigo como si yo fuera un animal y lo peor es que tú no dices nada.
¡Si hubiera sabido que este era el futuro que yo tendría, no habría venido contigo!
Odio este lugar.
Él notó las marcas de lágrimas y arrugas del papel. Él se sintió tenso. Su esposa rara vez expresaba su enojo y menos aún su tristeza. Ella era una mujer estoica. Su cara y cuerpo casi siempre denotaban tranquilidad. Con manos temblorosas, él abrió la siguiente carta:
Carta 2
Mi querido,
Lo siento. No debería escribir cosas malas sobre ti, mi esposo.
Yo recuerdo nuestra boda. Tú y yo nos prometimos tener una vida plena de felicidad. Recuerdo los días cuando viajamos y exploramos el mundo. Y, recuerdo aquellas noches largas hablando de cualquier cosa que se nos ocurría.
Eres un buen hombre y tratas de dar lo que prometes. No entiendes mis luchas porque no las comparto contigo.
Tal vez un día, te las diré.
Si este hubiera sido el final del problema, ella habría estado aquí con él. Él abrió la siguiente carta.
Carta 3
Querido,
¡Estoy tan feliz en este momento! ¡Santo cielo! Casi no puedo contenerme, pero es necesario porque soy una mujer comedida.
Mis hermanos y hermanas están vivos. Pensaba por muchos años que cuando nos escapamos ese día, ellos habían muerto. ¡Pero, no era cierto! La semana pasada, vi en las noticias una foto de mi hermano, Nerón. Y cuando empecé a buscar, encontré pistas en los obituarios.
Pero, ahora que el asombro ha desaparecido, me debato entre el miedo y la felicidad.
¿Qué pasará si todavía están enojados? Y, yo sé que tú no tienes mucha devoción por ellos. Es más, la mayoría de las personas sólo tienen odio hacia ellos.
No sé qué hacer.
Él se sintió petrificado. No entendía cómo su esposa podía alegrarse por esos monstruos. Los dos apenas habían escapado con sus vidas ese día. ¡Y ahora los monstruos estaban de vuelta! ¡Habían regresado de la ultratumba!
Él no podía respirar. Él era dolorosamente consciente de la sangre en sus venas y sus arterias, y del ritmo irregular de su corazón. Estaba cubierto de sudor frío. Esperaba que ella no hubiera hecho lo que él pensaba que hubiera hecho.
Carta 4
Mi querido,
Esta es una confesión solo para ti.
Yo era niña cuando estaba perdida en los bosques de las montañas. No recuerdo ni a mis padres biológicos ni a ningún otro pariente. Abraham me dijo que yo era apenas más que una bebé. Y yo le creo. A pesar de todo, él no era un mentiroso.
¡Ja, ja, ja!
Es gracioso porque él, como todos mis hermanos y hermanas, es una criatura de la noche, creada para engañar y herir a personas como yo. Son vampiros, los chupadores de sangre, y específicamente, la sangre humana.
Mi hermana favorita, Chalina, una vez trató de chupar la sangre de un ciervo en lugar de un humano. Tuvo alucinaciones terribles, fiebre y dolores de cabeza por tres días. Tuvo imágenes de sus manos transformándose en pezuñas y sensación del peso de los cuernos encima de su cabeza, persistente e irritante. Tuvo la sensación de tener una cara más corta y la sensación de frialdad por no tener suficiente pelaje. Ella se lastimó para distraerse de esas imágenes y sensaciones. ¡Pobre hermana, con cuánto sufrimiento tuvo que lidiar! Abraham le hizo jurar que no bebería la sangre de un ciervo de nuevo.
Mi hermano Nerón trató de sobrevivir con la comida humana una vez, y casi se murió de hambre. Y la misma situación ocurrió con mi hermano Bartolomeo, excepto que trató de sobrevivir con sangre artificial que él había hecho con el poder de las ciencias.
De esta manera los vampiros con aspecto humanoide necesitan chupar sangre de humanos. ¿Y qué ocurre con los vampiros gatos, los vampiros perros, los vampiros ratas, y otras especies? Ellos también necesitan la sangre de sus especies, porque no son como los murciélagos vampiros.
¿Te sorprendería saber que los monstruos tuvieran una razón para aterrorizar a la gente?
¿Y te parecerían tan monstruosos si supieras que trataban estas cosas después de que me adoptaron?
Puedo decir que nunca he pensado que mis hermanos y hermanas sean monstruos, pero sería mentira. Sin embargo, sospecho que nunca he pensado en mis hermanos y hermanas con el odio que tú y otras personas les tienen.
El esposo no lo sabía porque su esposa había escapado. Él había supuesto que ella había sido un rehén de los vampiros, y no se le había ocurrido preguntar si fuera la verdad.
Carta 4 (continuación)
No recuerdo a mis padres o parientes, pero recuerdo hambre y sed. Recuerdo el miedo de los lobos aullando, los vientos fríos, y las sombras del anochecer. Finalmente, tuve tanto miedo que lloré, acurrucada como una bola contra las raíces de un árbol muy alto.
No recuerdo haberme quedado dormida, pero dormí. Y cuando me desperté, estaba oscuro y lloré aún más.
Y entonces, me encontraron. Acababan de chupar la sangre de la gente en un pueblito, y estaban exuberantes. Sus mejillas estaban rosadas, sus ojos estaban claros y brillantes, y sus colmillos estaban largos. Bailaban, cantaban y bromeaban por el bosque sin miedo porque eran, y aún son, los superdepredadores.
[Pues, por supuesto, yo no sabía nada de esto hasta que fui mayor.]
Lo que sé es que mis hermanos y hermanas oyeron mis sollozos y me buscaron. Recuerdo que no los había escuchado hasta que mi hermana Yanamaría me preguntó si necesitaba ayuda.
Chillé sorprendida por el ruido y las personas, pero no articulé ninguna palabra. Era demasiado joven para hablar. Se comunicaron conmigo de forma telepática —otra forma de comunicación que solo los vampiros pueden emplear— y, decidieron ayudarme a pesar de mi falta de respuesta en palabras. Abraham, el hermano mayor y más fuerte, me levantó y llevó en sus brazos todo el camino hasta la casa abandonada donde vivían. Él desprendía calor en vez de frío en ese tiempo, porque había bebido sangre humana.
Con ellos, yo estaba segura y feliz a pesar de vivir con seres que chupan la sangre de humanos. Tenía todo lo que necesitaba: comida, agua, ropa, casa, educación, amigos. Eran gentiles, amables y simpáticos conmigo.
Al final, este era el problema: “Conmigo.”
Él escogió otra carta y leyó más rápido. Sintió como si su alma hubiera abandonado su cuerpo. Nada era más importante que saber lo que pasó.
Carta 5
Mi querido,
Cuando era niña, no me molestaba porque no entendía.
Abraham me dijo la verdad a pesar de los deseos opuestos de los otros, pero mi vista del mundo era extraña. Cuando dijo “Chupamos sangre de humanos,” no sabía que yo era humana. Pensaba que yo era uno de ellos, una vampira. Pensaba que yo crecería y necesitaría chupar la sangre en ese tiempo. Pero a medida que crecí, entendí que soy humana. Aprendí que hay mucho peligro en ser humana con una familia de vampiros.
De una forma u otra, las gentes de las montañas aprendieron a defenderse de mi familia y su hambre. Flores de ajo. Estacas de madera. Cruces de plata. Palabras mágicas, habladas o escritas. El método no era importante. Lo que era importante era que mi familia no podía chupar la sangre de ninguna persona en las montañas. Los pueblos fuera de las montañas estaban demasiado lejos, y aparte de esto, eran más peligrosos porque era más fácil ser vistos y descubiertos.
Se morían de hambre, cariño, pero no me chuparon la sangre. Cada día me preocupaba por sus muertes por segunda vez. Y entonces, un hombre perdido encontró nuestra casa.
Nunca había visto cómo mis hermanos y hermanas chupaban sangre antes de ese incidente. El horror de ver como mi familia se volvió loca y descuartizó a un hombre que se parecía tanto a mí como a ellos, fue una de las emociones más pavorosas que he sentido nunca. Todavía escucho los gritos en mis pesadillas.
¿Cómo mi familia pudo hacerle esto a otra persona? Esos monstruos eran mis hermanos y hermanas que me leían cuentos y me cantaban canciones de cuna, y que me sermoneaban porque yo decía palabrotas, y a quienes nunca vi lastimar a nadie.
No sé si me habrían matado si no hubieran saciado su sed de sangre en ese pueblo ese día que me encontraron. Pienso que quizás si lo habrían hecho. Puesto que no era familia en ese tiempo.
No puedo pensar más en esto ahora.
El esposo quería creer que los vampiros solo adoptaron a su esposa para tener una fuente de sangre, pero su esposa había negado esto. ¿Por qué harían lo contrario? No entendía.
Carta 6
Querido,
Hay diferencias entre mis hermanos y hermanas y yo. Caminan en un silencio elegante, deslizándose por los suelos de madera con la misma facilidad con la que lo hacen por el terreno del bosque. Sus cuerpos son fríos, excepto cuando chupan sangre. Se esconden en las sombras y solamente destacan sus ojos brillantes. Son más rápidos y fuertes que los humanos.
Cuando te vi vagando cerca de mi casa, supe que tenía que hacer algo para salvar tu vida. No quería ver la muerte de otra persona más. No quería morir. No quería ver las muertes de mis hermanos y hermanas. Quizás, quería estar con personas como yo. Era una chica muy egoísta. Te ayudé a huir y en la madrugada nos escapamos con tu caballo, pero no fue fácil.
Mi familia nos vio y nos persiguió por las sombras de la mañana. Estaban tan enojados con mi traición que amenazaron con comernos a los dos. Por supuesto, se desdijeron y después me indicaron que no me comerían, pero ya me habían roto el corazón. Con los años que tengo ahora, veo que les rompí el corazón primero.
Mi corazón se rompió de nuevo cuando el sol finalmente les alcanzó. Negaste mirar detrás de ti, instando a tu caballo a moverse más rápido, pero yo miré detrás de nosotros todo el tiempo. Miré mientras ardían. Oíste sus gritos, como los gritos del hombre, pero sólo yo sabía la causa. Después, me dijiste que no necesitaba llorar porque estaba a salvo, pero la causa no fue el miedo. Fue el dolor y el duelo.
Ya sabes mucho sobre esto, pero nunca te dije lo que pensaba durante el incidente.
A él le quemaba que ella lo conociera tan bien. Parecía que no la conocía.
Carta 7
Mi querido,
Tal vez, esté caminando hacia la muerte, pero muero un poco cada día en este pueblo. Quiero más que cualquier otra cosa verlos una vez más. Todavía soy egoísta.
Mi corazón los extraña, como te extrañará a ti.
Te amo mucho y siempre,
Tu querida
Él llamó a la policía, pero ya era demasiado tarde. Su esposa fue vista por última vez con un grupo de tres hombres y dos mujeres que la gente del pueblo solo había visto en la noche. Los vecinos chismeaban y decían que ella había regresado a su gente: los demonios.
Nadie sabía que estaban cerca de la verdad porque el marido guardó silencio, como siempre.